Estamos por concluir la segunda semana de Pascua, y Jesús hace más de 50 días nos invito a abrir el corazón y dejar en el pasado todo aquello que nos estorba para continuar.
En estas dos semanas hemos visto en los evangelios que propone la liturgia, a los apóstoles y mujeres que van teniendo un encuentro con Jesús Resucitado, es el mismo Jesús pero no le reconocen; y seguro más de uno de nosotros nos hemos identificado con estos personajes, ¿qué nos impide reconocerle?, ¿nuestros miedos, la estreches de nuestra humanidad?, ¿nuestras tristezas?.
Este sábado previo a la Resurrección sentí claramente que debo fijar mas la mirada en lo siguiente:
En la noche de la Vigilia Pascual nos tomó y llevó ante el fuego nuevo para esclarecer las tinieblas del pecado; y así por su misericordia nos arrancó una vez más del pecado. (cfr. Pregón Pascual)
Y como sigue diciendo el Pregón Pascual...
"¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!"
Noticia grande: ¡Hemos sido rescatados! y ¡a qué precio!.
Sin escatimar en el dolor, la angustia ni el desprecio, Jesús sale vencedor y no sólo por demostrar su poder sino para hacernos vencedores juntos con El (cfr Rom 8,37)
Ahora nuestro reto es ¡Vivir como resucitados!
Pero, ¿Qué es vivir como resucitados?, en mi experiencia y en varios que me han compartido su caminar espiritual, es: "vivir sabiendo que nuestra meta, la santidad (una meta alta pero no imposible), es una lucha diaria en la que a veces nos podremos caer, pero el reto es levantarnos para seguir perseverando.
Y esta santidad conlleva vivir las virtudes al grado heroico. El Amor, la Esperanza y Caridad que deben regir nuestras vidas, y es que estamos llamados a hacer lo que nuestro Maestro nos ha enseñado, sólo eso ser imitadores de Cristo, ser ese Cristo para el necesitado, para con los que vivimos, trabajamos y nos relacionamos.
Deseo que esta Pascua y nuevo inicio de vida en Cristo conlleve para ustedes un sin fin de experiencias que los una más y más al Dios que es El Amor.
¡Felices Pascuas de Resurrección!
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