¿Cómo comenzar esta nota sin decir que 2020 ha sido un años atípico. Sin poder reclamar las pérdidas?
Conozco personas que han perdido seres queridos, amigos muy cercanos que dieron positivo ante virus COVID-19, y negocios cerrados por qué las rentas y sueldos eran insostenibles.
Y si, como muchos quiero decirle ya adiós a este 2020, pero no sin antes decir ¡gracias Dios!
Creo importante empezar a ponderar todo lo bueno. Aunque nos falte alguien aún tenemos familia y amigos que muchas veces se convierten en familia y en este tiempo nos lo han o lo hemos demostrado; gracias las familias que se volvieron unidas, pero sobre todo porque los papás están conociendo a sus hijos y viceversa; gracias por las nuevas habilidades que hemos descubierto en nosotros mismos; por las nuevas oportunidades que se abren para algunos en el área laboral.
Gracias Dios, porque tu amor jamás nos abandono.
Ahora sí, adiós 2020, te llevas personas y cosas, pero me dejas lecciones bien aprendidas y marcadas, algunas con dolor pero otras con gratitud y amor.
2021 lo tomaré todo a su tiempo sin el afán del mañana ni el lastre del ayer. (cfr. Ecl 3)
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